Posición de adelanto

Historias más bien historietas, comentarios de actualidad y del día a día de un simple ciudadano. No pretendo más que eso. Ah y algunas fotitos que puedan ser interesantes de San Antonio, Quinta Región, Chile.

Nombre: RUFIAN06
Ubicación: SAN ANTONIO, QUINTA, Chile

28 marzo 2006

Para la posteridad


Es curioso ver cada día que algunos personajes se mantienen en el tiempo. Un caso específico es lo que sucede con Chespirito y su equipo de El Chavo del 8. Cuántos años en pantalla, no sé, pero mínimo 30 y sigue así.
Hay páginas donde uno puede encontrar de todo en relación a este programa. Por ejemplo haciendo click aquí. Es un página costarricense bien completa.
Recomiento esta otra, donde especial atención me tomó el link de los videos y muy preferentemente los bloopers. Me reí de buena gana, porque uno se transporta a otra época y recuerda épocas infantiles.
También es importante conocer aspectos curiosos, creo que a esta edad es lo más entretenido. Sólo algunos que se me vienen a la memoria, por ejemplo Ramón Valdés -mi ídolo como don Ramón- era hermano de otro cómico famosísimo en México, se trataba de Germán Valdés (obvio) más conocido como "Tin Tan". Hizo películas, canciones y de un cuantohay.
El señor Barriga en realidad era médico de profesión en la vida real. Y varias cosas más.
Creo que el Chavo permanecerá por los tiempos de los tiempos.

14 marzo 2006

Recuerdos de la pantalla



Ha pasado el tiempo, pero aún recuerdo como si fuera hoy esas películas de Bud Spencer y Terence Hill. Cómo no recordar los enfrentamientos ante los peores villanos del macizo actor y su escurridizo compañero.
Creo que debieran volver a ponerlas en escena, tal como lo ha hecho Chilevisión con Cantinflas, del cual me declaro un seguidor.
Recuerdo que me sorprendió saber que en realidad no eran estadounidenses de origen, sino italianos. Claro que después adoptaron la nacionalidad.
¿Quiénes son estos personajes?
Este es un trabajo aparecido en la red:
Hablar de Bud Spencer y Terence Hill suele ser un ejercicio que se queda en la superficie de su talento y su aportación al mundo del cine. Renovadores absolutos de la comedia en un momento, los años 70, en que el género parecía anquilosado, Bud Spencer y Terence Hill se inscriben en la lista de nombres que, junto con Blake Edwards y Jerry Lewis, consiguieron, durante esos años, darle nuevos aires.
Bud Spencer es el pseudónimo de Carlo Pedersoli. Nació en Nápoles en 1929 y, como todo gran actor que se precie, aterrizó en el cine sin querer. Porque Carlo tiene estudios de Químicas en la Universidad de Roma y es licenciado en Derecho, amén de realizar viajes a Estados Unidos y Sudamérica en los que amplía sus inquietudes culturales. Además, fue en su juventud un gran nadador (foto). Consiguió ser durante diez años campeón de Italia en los 100 metros libres y representó a su país en los Juegos Olímpicos de Helsinki (1952) y Melbourne (1956) en natación y waterpolo. Vamos, un auténtico hombre del Renacimiento. Una personalidad de este talento (se nos olvidaba decir que habla seis idiomas) no podía pasar desapercibida en el mundo del cine. Carlo tuvo que cambiar su nombre y se puso Bud (que en inglés significa "capullo de flor", una palabra que definía su aspecto físico) Spencer (por Spencer Tracy). No se rían, no, que Bud Spencer es mucho más inteligente de lo que pudiera parecer, y con ese alias, consiguió su sueño de rendir homenaje haciendo aún más internacional a su admirado Spencer Tracy.
Terence Hill (Mario Girotti) tiene, por su parte, una biografía más ajetreada y un tanto marcada por la tragedia, lo que se trasladaría a la pantalla. Terence nació en Venecia en 1939. Con un desarrollo intelectual inferior al de Bud (sólo estudió Literatura Clásica Latina en la Universidad de Roma durante tres años), pero con una conciencia mayor del sentido último de la existencia (uno de sus hijos murió en accidente de coche), tras algunas apariciones en películas como "El gatopardo" de Visconti, decidió hacer cine de verdad y aterrizó también en "Tú perdonas… yo no", plantando la semilla, junto con Bud Spencer, de lo que sería una de las páginas más gloriosas del Séptimo Arte.
Mucho se ha hablado de los puñetazos de Bud Spencer y Terence Hill. Si bien ambos tienen estilos definidos y diferenciados (el primero más visceral e inmune a los golpes recibidos, el segundo más vulnerable pero también más inteligente), pocas veces se ha reparado en esta circunstancia, de la misma manera que, incomprensiblemente, poquísimo se ha hablado de sus influencias. El golpe constituye, desde los orígenes del cine cómico, un elemento primordial de transgresión. Desde las películas de Chaplin, Keaton y Laurel y Hardy hasta las de Bud Spencer y Terence Hill se desarrolla toda una línea de cómicos en todas las manifestaciones de la cultura popular del siglo XX que utilizan el golpe como expresión de descontento del orden social impuesto. Terence Hill y Bud Spencer (al igual que Asterix y Obelix) no dan mamporros de forma gratuita. No. Siempre golpean a malvados sin escrúpulos, gángsters corruptos o, simplemente, desaprensivos que intentan abusar de los más desfavorecidos y de los débiles. La orgía de tortazos en que suelen acabar las películas de Terence Hill y Bud Spencer simbolizan la catarsis en la que se refleja todo espectador sensible a la realidad social que nos circunda. Muchas veces se ha frivolizado con estas películas considerando que eran un burdo entretenimiento carente de fondo. En absoluto. Los films de Terence Hill y Bud Spencer son auténticas bombas de relojería cargadas de mensajes subversivos y revolucionarios.
A "Le llamaban Trinidad" le siguieron una serie de películas en que el humor de ambos se iba haciendo más complejo y, también, ciertamente más melancólico y desesperado.
- En los 80, Terence Hill y Bud Spencer ahondan en sus temas favoritos: el valor de la amistad por encima de todo ("Quien tiene un amigo, tiene un tesoro"), las reivindicaciones ecologistas ("Estoy con los hipopótamos") o la denuncia social ("Dos superpolicías en Miami").
Con la llegada de los 90, el peso de la edad no perdona, y Bud Spencer y Terence Hill se ven obligados a abandonar, a pesar de alguna última incursión de poco éxito comercial. Empujados por las nuevas hordas de comedias tontas de adolescentes ambientadas en universidades americanas, el nuevo público prefiere las frivolidades de Hollywood frente al inteligente humor del cine europeo (que no renuncia a sus influencias americanas en un saludable ejercicio de mestizaje cultural) que proponen Terence Hill y Bud Spencer. Los últimos años 80 y los primeros 90, con la ola de neoconservadurismo que se vive en los Estados Unidos (los Rambos dan fe de ello) hacen que el humor corrosivo, cínico y destructivo de Terence Hill y Bud Spencer deje de tener una buena acogida.
Con todo, pensamos que aún no se les ha brindado a Bud Spencer y Terence Hill un reconocimiento como merecen. La historia de siempre vuelve a repetirse y parece ser que de nuevo tendremos que esperar a que sean ancianos para que algún festival europeo como Cannes o Venecia ofrezca una retrospectiva de su obra. El homenaje final aún no ha llegado, y confiamos en la sensibilidad de alguna filmoteca para evitar el olvido de estos grandes cómicos. Las aportaciones a la comedia moderna han sido tantas por parte de Bud Spencer y Terence Hill que sería una pena que tuviésemos que lamentarnos, todos los amantes del cine, con homenajes póstumos. Esperemos que eso no ocurra.

13 marzo 2006

Un héroe deportivo



Hace poco en algunos medios de comunicación se analizaba con insistencia la buenos que son los jugadores de básquetbol de la NBA y había una discusión respecto de cuál era el mejor si Kobe Briant, Michael Jordan o Edwin “Magic” Jonson. Palabras iban y venían, hasta que alguien dio el nombre de Kilt Chamberlain, algunos se lo adjudican a Juan Aguad, conocedor de esta temática.
Pero para las nuevas generaciones, Chamberlain es un nombre vago casi desconocido y sólo es recordado por ser el único jugador que anotó 100 puntos en un partido de la NBA jugando por Philadelphia ante los Knicks el 2 de marzo de 1962.Los libros de récords están llenos de logros de Chamberlain; es el único jugador de la NBA en anotar 4000 puntos en una temporada. El 2 de marzo de 1962 quedó registrado como la fecha en que anotó 100 puntos en un juego, además conserva la marca de más tiros de media distancia encestados de forma consecutiva, con 18, y más rebotes, con 55.
Quizá su estadística más sorprendente sea su promedio de 50,4 puntos por juego en la 61-62, y si no es ese, entonces posiblemente sean los 48,5 minutos jugados por partido que promedió esa misma campaña. Es el segundo de todos los tiempos, sólo detrás de Kareem Abdul-Jabbar, en puntos conseguidos con 31.419, y es el líder en rebotes con 23.924.
Encabezó a la NBA en puntos anotados 7 años consecutivos, fue el líder reboteador de la liga en 11 de sus 14 temporadas, y por si acaso tuviera que probar que no fue un jugador egoísta, Chamberlain logró el mayor número de asistencias de la NBA en el torneo 67-68. En 1962, Chamberlain se cambió junto con la franquicia, a San Francisco, pero a mitad del siguiente torneo fue enviado de regreso a Filadelfia con los 76's, canjeado por tres jugadores, consiguiendo después con este equipo el título de la NBA. Después de la temporada 1967-68, Chamberlain fue traspasado a los Lakers de Los Angeles a cambio de tres jugadores, ahí pasó sus últimas cinco temporadas ayudando a los Lakers a llegar a la Serie Final de la NBA en cuatro ocasiones, ganándola en 1972 y retirándose al final de la temporada 1972-73.
En 1978, en su primer año de elegibilidad, Chamberlain fue seleccionado al Salón de la Fama Naismith Memorial de Basquetbol y en 1996-97 fue seleccionado para el equipo ideal de todos los tiempos de la NBA en el 50 aniversario de la liga.
Con todos estos logros nadie puede negar que la NBA tuvo un ser superior que se codeó con los mortales.

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