Posición de adelanto

Historias más bien historietas, comentarios de actualidad y del día a día de un simple ciudadano. No pretendo más que eso. Ah y algunas fotitos que puedan ser interesantes de San Antonio, Quinta Región, Chile.

Nombre: RUFIAN06
Ubicación: SAN ANTONIO, QUINTA, Chile

29 noviembre 2006

En defensa de la paz




Una columna de vehículos blindados avanza por las calles de Cap Haitien, una ciudad ubicada al norte de la convulsionada nación caribeña, de unos 180 mil habitantes, capital del Departamento Norte y antiguamente destino de vacaciones de la clase alta haitiana.
Allí se ubica el Batallón Conjunto Chile que forma parte de la Misión de Estabilización en Haití (Minustah) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) junto a militares destacados en todo el país y provenientes de Brasil, Argentina, Perú, España, Nepal, entre otros.
Los blindados pintados de blanco se abren paso por las calles de la ciudad rumbo al aeropuerto y a su paso reciben los saludos de los niños que ya no se sorprenden tanto como al inicio de la presencia militar, pero sí los saludan afectuosamente porque reconocen la bandera chilena que los efectivos militares llevan en su hombro.
En medio de los soldados, un sanantonino: el cabo segundo infante de Marina, José Alvarez Farías, proveniente de la población Viuda I, quien ha conocido en directo la realidad del pueblo haitiano y ha desplegado todo su esfuerzo para cumplir con su labor profesional en apoyo a la estabilización de Haití.
Pero el cabo Alvarez no está solo; junto a él dos sanantoninos más, el cabo primero Marcelo Pino Valdivia, de cerro Placilla y el soldado Carlos Garcés Rojas, de Los Maitenes Santo Domingo. Todos ellos aceptaron el desafío de devolverle la tranquilidad a los haitianos, tras largos años de inestabilidad que provocaron muertes, dolor y lo que es peor mucha pobreza.
Esa misma pobreza que encuentran día a día en las ciudades haitianas y que los conmueve hasta lo más profundo, especialmente por los niños, pues lejos de chocar contra esa coraza de soldados, el dolor de los más pequeños no los ha dejado indiferentes.
Los sanantoninos llegaron el 9 de junio al área de misión y estarán hasta aproximadamente la primera quincena de diciembre.
El personal naval que forma parte del Batallón Chile alcanza un total de 173 efectivos y se encuentran participando en la misión desde el 1 de junio del 2004, siendo ésta la 5° Unidad de Tarea desplegada a la fecha.

Recuerdos

Desde muy pequeño en la población Viuda I, donde aún permanecen sus familiares más directos, José Alvarez Farías decidió cumplir su sueño: ser infante de Marina.
“En la Viuda I están mis padres y hermanos; cerca de ellos viven unos tíos y primos. También tengo familiares en Lagunillas, en donde vive mi abuela y más tíos y muchos primos. Nací en San Antonio el año 1981, estudié la enseñanza básica en el colegio Fernández León de Llo Lleo y la enseñanza media en la Escuela Industrial, donde estudié la carrera de Electrónica”, contó.
Junto con ello, se dedicaba al deporte “jugaba fútbol por el Club Deportivo Torino y lo que más me acuerdo que dos días antes de entrar a la Armada de Chile salimos campeones en juvenil”.
Muy joven tras su ingreso a la Marina y como elemento del destacamento Nº 2 "Miller" que se ubica en Concón, fue destinado a Haití donde cumple una misión que es clave en su desarrollo profesional.
“Aquí en Cap Haitien la situación es tranquila. La gente se siente segura en las calles con la presencia de las fuerzas de paz, y en especial las chilenas, ya que cuando andamos patrullando nos paran y nos cuentan muchas cosas. Nos acepta muy bien; en especial por el trato que les damos que es muy bueno”.
José Alvarez es especialista en comunicaciones y se siente feliz de ser parte de esta situación histórica para la Armada. “Me siento muy orgulloso de estar cumpliendo esta misión, que junto con ser muy buena en lo profesional y para el pueblo haitiano, es súper sacrificada debido a que estoy lejos de los seres que más quiero”.

Tareas

El Batallón Chile en el cual participan los sanantoninos está compuesto por efectivos del Ejército y de la Armada, además cuentan con efectivos ingenieros que componen una compañía combinada con militares ecuatorianos que se han preocupado de –entre otras cosas- de reparar los caminos y las vías de comunicaciones que no habían sido revisadas desde al menos 20 años, desestabilizando todo el sistema del país.
Además, la fuerza chilena está compuesta por una agrupación conjunta de helicópteros, ubicada en Puerto Príncipe, funcionarios de Carabineros y de la Policía de Investigaciones y un agregado de la Defensa en la Embajada de Chile en el país.
El cabo Alvarez cuenta que los soldados chilenos han sido muy bien recibidos por la población y eso se ha logrado fundamentalmente por la labor social que han realizado en la isla permitiendo crear estrechos lazos con la comunidad.
Son habituales las entregas de elementos de salud a los consultorios, las visitas a hogares de menores y la realización de cursos de capacitación.

Intenso trabajo

La dureza del clima, los problemas con el idioma, son sólo algunos aspectos que han debido sortear también el cabo primero Marcelo Pino Valdivia y el soldado Carlos Garcés.
Pero lo han sobrellevado con profesionalismo, el apoyo de sus superiores y la buena recepción que han tenido de parte de los haitianos.
Contaron que “básicamente nuestra misión como miembros de la ONU es realizar patrullajes helitransportados y terrestres con el propósito de mantener la estabilidad del gobierno del Presidente René Preval, el desarme de la población haitiana, que aún cuenta con armamento en su poder y velar por los derechos humanos de los miembros de la ONU y de la población haitiana”.
Como infantes de marina están preparados para cualquier eventualidad, pero en medio de un país inestable, hay que andar siempre bien atentos. “El teatro de operaciones es un tanto hostil, como también lo es el clima. Al ser un país tropical y en pleno verano los termómetros ascienden en promedio a los 40º C. Junto con eso cada uno lleva sobre sí cerca de 27 kilos de equipo militar y armamento, lo que hace que todo sea bastante más difícil. Para qué decir el tema de la deshidratación, aquí el soldado promedio bebe 3 a 4 litros de agua al día. Nunca habíamos bebido tanta agua en nuestras vidas”, señalan estos sanantoninos.
La realidad de Haití es algo que no los ha dejado indiferentes. Pino dijo que “es realmente impactante, hay lugares en que nos toca ver a pequeños desnudos pidiendo comida y ayuda. Eso a uno como hombre de armas no lo deja indiferente, tratamos en todo momento y con los medios que tengamos de darles una mano”.
Carlos Garcés tiene un momento para la reflexión “al estar tan lejos de la Patria y el hogar se acrecientan los lazos entre nuestras familias y amigos que, en cada oportunidad que tienen, nos lo hacen saber y nos dan ánimo para seguir adelante en esta larga tarea que nos han encomendado y que cumplimos con la convicción de que estamos haciendo el bien a quienes mas lo necesitan”.
El cabo segundo José Alvarez señaló que “lo más difícil, aparte de estar lejos de los seres que más quiero, es el clima, hay mucho calor. Eso sí, ya estoy aclimatado. El idioma es difícil, pero curiosamente muchos de los niños con los que nos encontramos hablan algunas palabras de español que nosotros mismos les hemos enseñado. Eso es importante, el intercambio de palabras con nosotros y los batallones que han pasado por acá anteriormente. Muchas veces los niños nos ayudan para comunicarnos con otras personas, aunque nosotros siempre andamos con un intérprete”.
Para estos sanantoninos siempre sus familias y su San Antonio querido están en sus recuerdos. “Esperamos que todos nuestros familiares, amigos y coterráneos en general se encuentren bien. Estamos en una lejana isla del Caribe, distante a casi 7 mil kilómetros de nuestra patria, pero con mucho ánimo y el deseo de hacer profesionalmente nuestro trabajo, aunque siempre con el recuerdo de nuestro querido y sacrificado puerto”.

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